Ecuador confirmó un hito histórico: Hoy es el mayor exportador de camarón del mundo. Las cifras de comercio internacional muestran ventas anuales cercanas a los 9.000 millones de dólares, muy por encima de India, Vietnam e Indonesia, que han perdido ritmo en los últimos años.

Este liderazgo es el resultado de un crecimiento sostenido. Desde 2018, la industria acuícola ecuatoriana ha acelerado su expansión con tecnología más precisa en las piscinas, automatización, mejoras sanitarias y una diversificación inteligente hacia mercados como Estados Unidos, China y Europa. En 2023 ya se había convertido en el principal producto no petrolero del país, superando al banano, y desde entonces su peso en la economía solo ha crecido.

El reconocimiento internacional del camarón ecuatoriano se sostiene en factores clave: trazabilidad, cumplimiento sanitario y estándares ambientales cada vez más exigentes. Esa reputación ha permitido mantener contratos incluso en períodos de precios internacionales bajos, fortaleciendo la imagen del país como proveedor confiable.

El impacto interno es contundente. El sector genera cientos de miles de empleos y sostiene buena parte del superávit no petrolero, mientras dinamiza actividades como alimentos balanceados, transporte refrigerado, logística portuaria y servicios especializados. Regiones como Guayas, El Oro y Manabí se han convertido en polos acuícolas estratégicos.

Los próximos años estarán marcados por la necesidad de mantener la ventaja: más certificaciones ambientales, más valor agregado (como camarón cocido o listo para consumo) y mejoras continuas en eficiencia productiva. Si Ecuador sostiene esta evolución, su liderazgo no solo se mantendrá, sino que se convertirá en un referente de innovación acuícola para la región.

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